Para poder comprender el origen de la actual crisis en la Universidad de Puerto Rico, hay que recrear la historia. Sin lugar a dudas, hay que llegar al año 1993, donde el gobierno de la administración del Dr. Pedro Rosselló, tomó la Universidad mediante la creación de un nuevo organismo ajeno a la misma. Esta fue, y es la Junta de Síndicos. Todos los sectores de la comunidad universitaria crearon un frente común en ese entonces, el Comité Institucional de Reforma, para presentar una propuesta de reforma universitaria ante el comité del Senado, donde se discutía la creación del nuevo cuerpo rector de la Universidad.
¿Y porqué ese frente común contra esa ley? Pues en aquel entonces se alertaba contra la toma de la Universidad, atacando su autonomía, creando una fuente de poder ajena a la misma con el fin de controlar la UPR desde el gobierno. Cuando la Universidad del Estado, es traqueteada desde la silla del gobierno de turno, nada bueno se puede esperar. Es por eso que a la UPR se le asigna un presupuesto basado en una fórmula de un 9.6%, del fondo general de las arcas del gobierno. Pero hasta ahí se extiende la susodicha autonomía.
La prueba de ello se ve cada vez que hay un cambio de gobierno. Cuando se produce el mismo, todo el cuerpo rector de la UPR, tiene que renunciar; desde el Presidente, siguiendo por los Rectores, Decanos y Directores de Departamento. ¿Saben porqué? Por que se consideran puestos de confianza. ¿De la confianza de quién? Pues de quien va a ser si no es del gobierno de turno. ¿Hay autonomía universitaria? Pues claro que no. Quienes deben dirigir la Universidad, es la misma comunidad que la constituye; a esa confianza es a la que debe responder, y no a los sopla potes del gobierno de turno que vienen al centro docente principal del país a servirse con la cuchara grande.
Y quiero catalogar esto último. En las aulas de nuestra Universidad se discuten un universo de ideas, las cuales chocan unas con otras en perfecta armonía, sin que ninguna se imponga a la otra. Se estudian desde una perspectiva histórica, hasta una analítica y crítica. Ese germen de ideas, alimenta la criatura de un ser pensante e independiente, que debe ser el producto final de una educación integral. La política partidista, a través de la Junta de Síndicos, atenta contra ese modelo, al introducir modos de operar que no responden a la naturaleza de un organismo como lo es la UPR.
Si no fuera así, pregúntenle a la Middle States Association, que ha hecho señalamientos en el pasado respecto a la intromisión indebida de la política partidista dentro de la UPR, so pena de perder la acreditación de la misma. El señalamiento mayor, ha sido que la intromisión político partidista, amenaza la estabilidad de la institución.
La actual crisis económica, que es de calibre mundial, muy bien pudo paliarse dentro del seno de la UPR. Pero pasa que los administradores de turno, no tuvieron la capacidad de ver el temporal es su radar. Lo vieron entrar por las costas de la UPR, sin poder tomar las medidas adecuadas para poder tan siquiera mitigar sus efectos. Peor aún, han aportado vientos tempestuosos a ese temporal con decisiones administrativas nefastas. ¿Recuerdan Plaza Universitaria, el Presidente con gustos de reyes, la biblioteca de la UPR de Aguadilla, las siete vicepresidencias de Administración Central, las batas políticas que abundan a tutiplén por todo el sistema, etc., etc.? Y pensar que el eje de la reforma universitaria, era lograr la "descentralización y la despolitización" de la UPR; así fue como la vendieron. Yo nunca la compré.
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