Por :Noel Cardona
Allá para el 2002, el director cinematográfico Steven Spilberg, creó una película en la cual el estado capturaba a los criminales antes de que cometieran un delito. Claro, esto bajo el manto de un estado con un sello de totalitario, pues es una medida ante todo, carente de justicia, pues parte de una premisa equivocada, que el individuo a capturar es un potencial delincuente. Así que el estado se enviste de una característica que solo le pertenece a Dios; la capacidad de ver el futuro. Pues algo así sucedió el pasado 30 de junio de 2010, frente al Palacio de las Leyes en Puerto Rico, el Capitolio. Para esa fecha, un grupo de estudiantes universitarios, pertenecientes a la Universidad de Puerto Rico, decidieron llevar a cabo una protesta en la cual pretendían tomar simbólicamente el Capitolio, leyendo una proclama en contra de las diferentes medidas legislativas que amenazan la estabilidad de la Universidad, otras que continúan con el despido de empleados del sector público y otras que atentan contra los recursos naturales del país.
¿En qué consistió la medida profiláctica del Estado contra la libertad de expresión de los estudiantes? Bueno, pues el gobierno decidió prepararles una emboscada utilizando el cuerpo policiaco más despiadado que tiene disponible, la llamada Fuerza de Choque. Estos estudiantes llevaban la intención pacífica de llevar a cabo su derecho a expresar su incomodidad (protegido constitucionalmente), pero ya de antemano, el gobierno reaccionario les tenía preparada una “solemne” recepción. La misma consistió en una lluvia de palos o garrotazos, seguida de otra lluvia de un aerosol de gas pimienta, continuando con una gran nube de gases lacrimógenos y para el cierre, otro aguacero de macanazos y una buena aplanadora de la policía montada a caballo. Y esto ante una cortina de abogados pertenecientes al Colegio de Abogados, representantes de Amnistía Internacional, y la prensa local. El único argumento que utilizó el gobierno boricua para dicho acto, es que la protesta se trataba de un grupo reaccionario socialista, y que tenían que proteger los vehículos que estaban en la periferia. Mientras, los legisladores (equivocadamente y bajo engaño, elegidos por el pueblo) se escudaban dentro del Capitolio.
Dicha exhibición de poder inmisericorde de parte del gobierno de Puerto Rico demuestra varias cosas:
1. Un gobierno intolerante e inmaduro, incapaz de permitir la disidencia.
2. La razón es cosa exclusiva del Estado (aunque estemos equivocados, no lo vamos a admitir).
3. El dialogo no existe. Las únicas ideas “debatibles”, son las nuestras.
4. Culpabilidad antes del delito, política tipo Minority Report.
5. Todo lo que huela a socialismo, proviene del infierno.
6. Todo aquel que no piense igual que nosotros, y no acepte nuestros designios, sufrirán las consecuencias.
7. Recuerden queridos estudiantes, ¿la huelga que ustedes establecieron en la Universidad, durante poco más de 60 días, y en la cual no los pudimos tocar? La venganza es nuestra.
8. Los vehículos de motor, valen más que todos ustedes juntos.
9. Y un largo etcétera. Incluya en este etcétera la siguiente frase, Nuevo Orden Mundial.
Un punto interesante aquí, es que el gobierno emplea la vieja artimaña de poner de frente dos sistemas que le han fallado malamente a la humanidad, el capitalismo y el socialismo. Por una parte, el capitalismo, es el principal responsable de la crisis económica que se vive hace varios años a nivel global, y que amenaza con establecer un punto histórico del cual no habrá retorno alguno. Punto en el cual, solo habrá una clase dominante (siempre la ha habido), los verdaderamente ricos (gracias al expolio de las riquezas de las naciones), y la otra clase, los sufridos, a la merced de los primeros. Por otra parte, el socialismo no ha sido capaz de resolver el problema de la desigualdad entre los hombres como lo promulga su filosofía. ¿Sabe por qué? Porque detrás de dicho sistema, están los mismos que dirigen el capitalismo.
De modo, que el gobierno de Puerto Rico está tomando un rumbo estilo totalitario, digno de la dinastía de Augusto Pinochet, y si así lo prefiere, tipo Benito Mussolini. Un estilo de gobierno, que encaja perfectamente con el estilo de gobierno que se está perfilando a nivel mundial, Nuevo Orden Mundial. Y esto señores, es un presagio de lo que se avecina a nivel global, de lo cual solo un pueblo unido con Dios, puede revertir.
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