La nota que les presento en este momento, presenta un escenario tipo hollywoodense. El mismo presenta un análisis ligero sobre la vulnerabilidad de los Estados Unidos ante un ataque cibernético, y sus posibles consecuencias.
Richard Clarke afirma que la falta de preparación de los Estados Unidos para la anexión de su sistema informático por parte de terroristas podría conducir a un “Pearl Harbour electrónico”.
En su advertencia, el Sr. Clarke pinta un escenario del día del juicio final en el cual los problemas comenzarían con el colapso de una de las redes informáticas del Pentágono.
Pronto los proveedores de servicios de Internet estarían en crisis. Informes de incendios en refinerías y grandes explosiones en Filadelfia y Houston. El mal funcionamiento de Plantas químicas liberarían nubes letales de cloro.
Los controladores aéreos informarían de varias colisiones en pleno vuelo, mientras se producen accidentes de tren en el metro de Nueva York, Washington y Los Ángeles. Más de 150 ciudades de repente caerían. Decenas de miles de estadounidenses morirían en un ataque comparable a una bomba nuclear en su devastación.
Todo esto no tomaría más de 15 minutos y no implicaría a ni un solo terrorista o soldado poner pie en los Estados Unidos.
El escenario está en las páginas de su libro, Cyber Guerra: La Nueva Amenaza de Seguridad Nacional, escrito por Robert Knake.
Y Sr. Clarke ha tenido razón antes.
Como zar en anti-terrorismo bajo el mandato del Sr. Clinton y el entonces presidente Bush, emitió advertencias de la necesidad de mejorar las defensas contra al-Qaeda, y escribió acerca de su campaña inútil en su libro de 2004 “Contra todos los enemigos”.
Ahora sostiene que la misma falta de preparación podría exigir un precio trágico.
“El mayor secreto sobre la guerra cibernética podría ser que en el mismo momento en que los EE.UU. se prepara para la guerra cibernética ofensiva, continúa las políticas que hacen imposible defenderse de forma eficaz contra los ataques cibernéticos”, dice el libro.
En parte, los EE.UU. se ha visto obstaculizado por el éxito imprevisible de Internet y la expansión de las redes informáticas, que ahora se utilizan en casi todos los aspectos de la industria, pero han dado lugar a un grado peligroso de una dependencia excesiva.
La creencia en la Internet como el epítome de rueda libre, del espíritu libre de la libre expresión de América ha hecho la intrusión del gobierno políticamente difícil, dejando al sector privado particularmente vulnerable a los piratas informáticos bien preparados.
Las sucesivas administraciones, incluida la del presidente Barack Obama, no han podido entender la escala del problema.
Los militares todavía no ha abierto su nueva Cyber centro de mando, en medio de diferentes desacuerdos sobre el papel que jugaran las diferentes agencias.
Mientras la rama militar de los Estados Unidos inventaban el internet, por lo menos 30 naciones han creado capacidades ofensivas de guerra cibernética, cuyo objetivo es plantar una variedad de virus y errores en los sistemas militares y financieros de otros estados.
Los autores están convencidos de que en algún momento habrá una ciber-guerra entre dos naciones y están preocupados de que tal conflicto “baje el umbral” a una guerra con bombas y balas.
Irónicamente, los Estados Unidos es actualmente mucho más vulnerable a la ciberguerra que Rusia o China, o incluso Corea del Norte, ya que esos países no sólo han concentrado en sus defensas cibernéticas, sino además son menos dependientes de Internet.
“Debemos tener la habilidad de apagar nuestra conexión a Internet y aún así ser capaces de seguir funcionando”, dijo el Sr. Knake, un alto miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, al Daily Telegraph. “Depender de un sistema tan precario como el internet es un gran error”.
“Es un ecosistema fundamentalmente inseguro que está maduro para el conflicto y da a países con desventajas en materia de armas convencionales una ventaja asimétrica”. Gran Bretaña está mucho mejor preparada que su aliado gigante al otro lado del Atlántico.
Los EE.UU. ya ha experimentado dos disparos de advertencia importante cibernéticos. Los hackers procedentes de Rusia o China o ambos han plantado con éxito software en la red de electricidad de los EE.UU. que dejó detrás del software que podrían utilizarse para sabotear el sistema en una fecha posterior.
Los coreanos del Norte no puede ser capaz de alimentar a su población, pero en 2009 tuvieron éxito en la reducción de los servidores del Departamento de Seguridad Nacional, el Tesoro de EE.UU. y varios otros departamentos gubernamentales, junto con los proveedores habituales de internet, por las inundaciones de solicitudes de datos.
Lo más espectacular sería la saturación del los servidores del Pentágono donde militares dependen de las comunicaciones de logística en un conflicto armado.
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